Geotermia en la producción de vino

El método para explotar está energía natural y aplicarla al servicio del vino, se lleva a cabo con la instalación de una bomba de calor geotérmica, cuyo rendimiento, inalterable a pesar de las condiciones ambientales, asegurará el mantenimiento de una temperatura estable en el interior de las salas climatizadas.

Es fundamental, para la gestión del vino en barrica, el control constante de la temperatura y humedad de las salas. Para conseguir la evolución deseada del vino, se han de mantener constantes estos parámetros, buscando un equilibrio entre los mismos.

La instalación geotérmica desarrollada para su aplicación en bodegas es del tipo “Circuito Abierto”; consiste en intercambiar energía térmica con el subsuelo mediante un caudal de agua, tomado de un pozo, y vertido en otro, separado entre sí una distancia prudencial, que evite la afectación térmica entre ambos.

En cuanto a la captación, la bomba eleva un caudal que es convenientemente filtrado, y enviado hacia la sala de máquinas, a intercambiar temperatura con la bomba de calor. Este mismo caudal es devuelto al subsuelo, previo paso por un aljibe. De éste se toma el agua necesaria para la limpieza de las instalaciones, e incluso para la refrigeración de los depósitos de vino durante y tras la vendimia.

Un sistema de control adecuado, asegura las condiciones de temperatura y humedad en las salas, conectando o desconectando los mencionados aerotermos (aparatos muy sencillos, básicamente consisten en un serpentín por el que discurre el agua fría, y un ventilador que hace pasar aire a través del mismo, enfriando el ambiente).

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