Ecología y eficiencia ya no son opuestos irreconciliables Gracias a los avances en la tecnología de la bomba de calor, los sistemas de climatización y producción de ACS son más eficientes que nunca, logrando superar el 100% en sus parámetros de eficiencia, algo inalcanzable para casi cualquier otro tipo de equipos.
La mayoría de las bombas de calor funcionan únicamente con electricidad, permitiendo independizarse del gas, pero en países y regiones del mundo donde el suministro de electricidad es caro e inestable, existe una opción intermedia que permite disfrutar de los beneficios económicos, energéticos y medioambientales de las bombas de calor sin tener que abandonar la seguridad del propano y el GLP: las bombas de calor por Absorción
La tecnología de las bombas de calor permite extraer y disipar calor de un medio a otro gracias a una serie de cambios de estado cíclicos de una sustancia refrigerante a través de la variación de su presión interna. Mientras que las bombas de calor eléctricas, cuyo funcionamiento gira entorno de un compresor eléctrico, las bombas de calor a gas se basan en un ciclo de absorción a gas empleando una disolución de agua y amoniaco. A pesar de lo complejo que puede parecer en la Ilustración 1, sólo requiere para funcionar aporte de energía en el quemador para calentar la disolución, y la bomba de circulación interna. El resto del proceso se realiza gracias a diferencia de presión entre fluidos y gases, intercambio de calor y un sistema de válvulas de inversión que redirigen cada fluido, solución y gas al lugar adecuado en función de las necesidades del sistema.
Ilustración 1. Mecanismo de una bomba de calor de absorción de gas en modo calefacción (Fuente: Temarios formativos profesionales)
Gracias a su diseño, el sistema consta de muy pocos elementos mecánicos, lo que les confiere una elevada fiabilidad y vida útil sin que su sobresaliente eficiencia resulte mermada, logrando alcanzar rendimientos de hasta un 165%, lo que supone un ahorro energético del 50% frente a las calderas de condensación tradicionales, requiriendo del mismo nivel de mantenimiento.
Ilustración 2. Clasificación energética de calderas (Fuente: Eco-design of Boilers and Combi-Boilers)
Otra de las ventajas de este sistema es que es reversible, por lo que podemos emplear el mismo equipo para proporcional calor en invierno y frío en verano, permitiéndonos simplificar enormemente el sistema de climatización de nuestro edificio.
Las bombas de calor de absorción a gas no sólo les hacen sombra a los sistemas de climatización tradicionales. Frente a sus parientes lejanos de compresor eléctrico, estas bombas de calor funcionan casi en exclusividad con energía térmica derivada de la combustión del gas, limitando su consumo eléctrico a los dispositivos de control y circulación, lo que supone un gasto de 0,025 kW eléctricos por cada kW térmico producido, que perfectamente podría cubrirse con sistemas de autoconsumo renovables, reduciendo aún más los gastos de generación.
Si hablamos de climatización sustentable en zonas retiradas, la bomba de calor por absorción es la solución por excelencia. La mayor complejidad de zonas rurales es la estabilidad de la red eléctrica, por lo que instalar sistemas tradicionales eléctricos se vuelve un problema. La bomba de calor ROBUR nos da la posibilidad de generar esta “independencia” eléctrica y garantizar el funcionamiento de las centrales térmicas/procesos productivos, incluso bajo las variables más adversas, pudiendo trabajar con una temperatura exterior de hasta -20°C gracias a la energía liberada en la combustión del gas, manteniendo la eficiencia y cuidado del medio ambiente.
A la hora de decidir cambiar nuestros sistemas de calefacción tradicionales por una bomba de calor a gas, puede que nos entren dudas por lo que pueda acarrear la instalación a nivel de suministro y de espacio. Sin embargo, gracias a que su principal combustible es el gas, no hay que modificar las estructuras de suministro del inmueble, ni contratar una mayor potencia de suministro eléctrico. Incluso si queremos conservar nuestra caldera o nuestros paneles solares térmicos, las bombas de calor a gas están preparadas para poder coexistir con los sistemas de climatización ya presentes en el edificio.
Con esta elección, no solo estamos invirtiendo en eficiencia energética, sino también en nuestros propios edificios: estos sistemas se instalan íntegramente en el exterior de los edificios, ahorrando el espacio que ocuparía una sala de calderas tradicional. Así mismo, gracias a las políticas verdes en contra del cambio climático, el propio valor del inmueble se verá incrementado al adoptar sistemas de ERNC (Energías Renovables No Convencionales) para cubrir la demanda de climatización de nuestras instalaciones.
Podemos encontrar excelentes ejemplos de este tipo de bombas de calor en la marca ROBUR, en la cual confiamos para nuestros proyectos en Chile. Cuenta con un amplio catálogo de equipos, desde modelos aerotérmicos de sólo calefacción y ACS (GAHP-A), hasta modelos con inversión de ciclo para ofrecer también refrigeración (GAHP-AR), e incluso bombas de calor geotérmicas (GAHP-GS), en las que se intercambia calor con el interior de la tierra en lugar de con el aire, permitiendo mantener una eficiencia estable a lo largo de todo el año, así como modelos hidrotérmicos (GAHP-WS) que permiten aprovechar acuíferos subterráneos, perfectos para zonas con veranos e inviernos extremos.
En conclusión, las bombas de calor a gas suponen un ahorro general en prácticamente todos los aspectos de su negocio: reducirá su gasto de gas, reducirá sus gastos energéticos y reducirá su huella de carbono, independizará los sistemas tradicionales eliminando de la línea critica del proceso al suministro eléctrico, ayudando a proteger el medio ambiente sin renunciar al confort y multiplicando tu beneficio.
Desde GEOMARKET desde el 2013 disponemos en Chile para toda Latinoamérica de un equipo totalmente capacitado con amplia experiencia y proyectos en todos los rubros. Indíquenos por favor cómo podemos ayudarle a ahorrar en su proyecto, e instalación y a ser amigable con el planeta. Por nosotros y por las futuras generaciones.